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Victor Brown, decano de admisión de Kettering College en Kettering, Ohio, repartiendo premios en el salón de exposiciones.

Historia de V. Michelle Bernard

Justo antes del comienzo de clases, unos 6.000 educadores adventistas se reunieron en Chicago para la Convención de Maestros de la División Norteamericana 2018, con el tema "Encuentra a Jesús, vive la excelencia". Vinieron a perfeccionar sus habilidades, a disfrutar del compañerismo y, después de tres días de inspiradores oradores y 420 opciones de talleres, quedaron más comprometidos que nunca para cultivar una cultura de excelencia e introducir a los estudiantes al mejor maestro que haya existido: Jesucristo.

Historia por Juliana Savoy

Este verano 21 pastores, la mayoría del territorio de la Union de Columbia se inscribieron en la clase "Seminario de predicación" ofrecido por el Instituto de Ministerio Hispano (IHM) de la Universidad de Andrews (Mich.) El evangelista Alejandro Bullón enseñó la clase en la iglesia Washington Spanish de la Conferencia Potomac en Silver Spring, Md. Diecisiete pastores de la Unión se sumaron a la clase como oyentes.

Brad Barnwell photographed Elmer Herrera

Historia por Andre Hastick

Elmer Herrera y su familia se mudaron a Frederick, MD, a principios de la década de 2000. Él y su esposa, Olivia, ya habían ayudado a establecer iglesias en Hyattsville y Laurel, Maryland, y estaban ansiosos por volver a hacerlo cerca de su nuevo hogar.

Se unieron a un pequeño grupo que nalmente surgió como la iglesia hispana de Frederick en la Conferencia de Chesapeake. Pero Elmer, que dirige un pequeño negocio de pintura, dice que la iglesia estaba demasiado lejos de la comunidad hispana y quería comenzar otro grupo.

Photo by VAM2008 from Flickr

Editorial por Jorge Aguero

En la Biblia, el Antiguo Testamento habla acerca del pueblo de Israel. Allí encontramos las experiencias de una nación insignificante (Deut. 7:7), pero escogida por Dios para ser un pueblo especial (Deut. 7:6).

Dios ordenó encuentros especiales para su pueblo; por esto los israelitas se reunían por lo menos tres veces al año para adorar y compartir las bendiciones de Dios. Estas eran fiestas solemnes y santas convocaciones (Ver Levíticos 23).